viernes, 9 de septiembre de 2011

La Saga Crepusculo; La conspiración del mormón.

El autor de estas lineas gusta de pensar que algún día Stephanie Meyers tendrá ovarios y sacará un libro con el título de este post.

Porqué, estimados lectores, y preparando las barricadas para las crepusculonas que tomen por asalto esta santa insititución, la obra de Stephanie Meyers es el mayor ataque al pensamiento femenino moderno desde que Silvio Berlusconi accedió al trono de Italia.

    Este blog se declara admirador del bizarro Cavalieri. ¡Hay un pequeño Silvio en todos nostros!

Me parece una tremenda estupidez explicar de nuevo el argumento de Crepusculo y secuelas, asi que lo resumiré esquemáticamente:

- Mujer objeto con poca autoestima, por no decir ninguna, encuentra la excusa perfecta para perpetuar su lamentable condición dejandose mangonear por su pareja, que cada dos por tres hace hincapie en que sería capaz de hacerle cosas terribles si no controla su "bestia interior", y debatiendose entre un maromo que parece mejor persona, y el sujeto en cuestión.

 Pero claro, el otro no la amenaza veladamente de muerte, ni la obliga a renunciar a su vida para estar con él, asi que como da menos morbo y menos caña que el otro, se queda con el primero. Se casán (of course!), tienen sexo post-matrimonial como buenos adolescentes modernos (WTF?!!!), y el embarazo posterior de ella casi la mata, debido a que el feto LE ROMPE LOS HUESOS A PATADAS....

              Les presentamos la autentica identidad del bebe de Bella Swann....¡¡¡¡Excelsior!!!



Dejando de lado la ridiculez del asunto en si, podemos afirmar que los organos internos de la citada muchacha son de acero endurecido, pues unos impactos que fracturan estructuras oseas a ellos los dejan inmaculados, pero no nos desviemos. Tiene el niño, que no tiene nada de particular, la madre se casa con el individuo dom, y se acabo la novela.

Pues que quieren que les diga......
Muy bién a la condición femenina no la deja, ¿verdad? Someteos por amor, feminas, dejaos matar por él. El hombre es poderoso, y vuestras vidas deben gravitar a su alrededor. ¡Por duro que sea, el amor lo puede todo, todo....!










¿Todo....?
Señora Meyers, será porque soy licenciado en psicología, será porque he visto mucha, mucha mierda y mucha gente con problemas de autoestima. Y casos de maltrato psicológico.

Y su panfleto no me ha hecho puta la grácia, por el peligrosisimo mensaje que se lee entre lineas. Si pretende que cualquier niña  vea que por amor tienes que someterte al otro hasta los extremos que presenta su novela/fims, se lo digo de corazón.

Vayase a la mas hedionda, fria, y horrenda de las mierdas.

Con cariño, eso sí.

4 comentarios:

  1. Como dijo con más gracia que yo Gabrielle Burton:
    "Un hombre ama mucho a una mujer, le pide que se case con él: que renuncie a su apellido, que deje su trabajo, que tenga niños y que los cuide, que esté en casa antes de que él llegue, y que se traslade a su lugar de trabajo. Es muy difícil de imaginar lo que le pediría si no la amase".

    Que quieres que te diga, como mensaje sobre el maltrato yo obligaría a todas las crepusculonas a tragarse "El camino y la Espada", con esa frase casi al final de: "mi madre me enseñó a aguantar lo que fuera por amor, hasta la muerte. ¡No! No enseñaré eso a mis hijas..."

    ¡ESA historia es buena, joder! Viva el matrimonio Pini.

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  2. Ah, y te dejaste el detalle final... tanto "no quiero hacerte daño, soy un asesino repugnante, no quiero morderte..." ¿Para qué, para joderla bien con el embarazo y así lo sufriera a manta? Porque al final bien que la muerde y todos felices y colmilludos...

    Vamos, que menuda mierda de guión xDDD Más absurdo imposible.

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  3. El argumento sexy-morboso del "temuerdonotemuerdo" se ha utilizado muchas veces tanto en la literatura como en el cine de vampiros, pero en Crepusculo como bien indicas felinamente se eleva a un nivel de estupidez argumental gratuita superior.
    Amos, que Edwardo Bottom parece que no la vampirriza con el objetivo de putearla aún más si cabe...Maravilloso, maravilloso!

    Keanu, si lees estas lineas, no te he olvidado.

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