....Todos estos momentos se perderán como lagrimas bajo la lluvia.
Pues por mi parte, no va a ser asi.
¡Buen viaje, maestro!
lunes, 13 de mayo de 2013
martes, 7 de mayo de 2013
Vidocq (2001): Un coctel de sorprendente sabor.
Pitof es un curioso nombre artístico, por el cual responde el ayudante de dirección y de segunda unidad habitual del para un servidor sobrevalorado Jean Pierre Jeunet, que para el que no lo conozca es el director entre otras de la imprescindible y cafre Delicatessen (1991), el inmenso tostón de Largo Domingo de Noviazgo (2004), el pastiche optimista-psicodelico de Ameliè (2001) o la inmensa fumada de Alien Resurreción (1997).
Con semejante "mecenazgo" intelectual, el bueno de Pitof decidió lanzarse sin red a las labores de director principal, pariendo una de las cintas más extrañas y fascinantes visualmente que uno se ha echado en cara, por no hablar de una película de Ines Sastre donde la señora no hace el ridículo.
¡Y creanme, eso tiene MUCHO merito!
Filmada integramente con cámara digital en un tiempo en que no es que se estilase mucho (por no decir que fue pionera en el tema), solamente por ese detalle ya es un film interesante. Otro punto fuerte es la caracterización del personaje principal, Eugene François Vidocq, personaje real que fue el padre del cuerpo de policía de Paris, un revolucionario en cuanto a técnicas de investigación policial en el siglo XIX, y uno de los primeros detectives privados. Recomiendo echenle un ojo a su biografía, ciertamente novelesca, antes de hincarle el diente al film que nos ocupa. La pelicula arranca con la última etapa de su biografía, con Vidocq intentando capturar a un enmascarado asesino llamado el Alquimista que tiene bien poco de normal, y hasta aquí puedo leer, porque a diferéncia de otras películas aqui comentadas, me niego a hacer un solo spoiler de la trama porque sería desgraciar un viaje tan lisergico como recomendable. ¡Que me gusta mucho, leñe, y eso que no es corriente general que digamos!
¿Como no me va a gustar una película que mezcla la Francia de principios de siglo XX, magia y fantasía, serial killers, intriga amena, inteligente y que no toma por imbécil al espectador, y que encima sale Gerard Depardieu luchando a lo Jackie Chan?
Pero hay puntos negros, por supuesto, pero que para mi no dejan de ser virtudes: Primerisisimos planos al más puro estilo Jeunet, en el el que puedes llegar a contar todos los poros de las jetas de los protagonistas, que son tios feos, pero feos; Ambientes atmosféricos entre lo hiperrealista en lo formal, pero filmado con una fotografía y unos planos que rayan el expresionismo en algunos momentos y el barroco más extremo en otros, y todo aderezado con un montaje sonoro altamente lisérgico en las ocasiones que la fantasía invade la realidad del relato.
Un relato en el que cabe de todo: relato dentro de relato, fantasía contra realidad, lógica contra lo que quizá sea la mágia agonizando en un mundo en el que la ciencia y la razón están a punto de destruir los miedos medievales, o quizá no....
Vean Vidocq, compañeros. Quizá se caguen en mi alma, quizá se alegren al descubrir una película diferente de un autor que despues de esta pelicula se suicidó comercialmente rodando ese engendro autodestructivo que fue su "Catwoman" (2004) y que después solo ha encontrado acomodo en películas para televisión por cable desprovistas de cualquier tipo de originalidad o riesgo.
Pero siempre nos quedará el que para mi fue su canto de cisne artístico y visual, un shock para los sentidos y una más que respetable película de misterio.
Y eso no es poco, precisamente.
Con semejante "mecenazgo" intelectual, el bueno de Pitof decidió lanzarse sin red a las labores de director principal, pariendo una de las cintas más extrañas y fascinantes visualmente que uno se ha echado en cara, por no hablar de una película de Ines Sastre donde la señora no hace el ridículo.
¡Y creanme, eso tiene MUCHO merito!
Filmada integramente con cámara digital en un tiempo en que no es que se estilase mucho (por no decir que fue pionera en el tema), solamente por ese detalle ya es un film interesante. Otro punto fuerte es la caracterización del personaje principal, Eugene François Vidocq, personaje real que fue el padre del cuerpo de policía de Paris, un revolucionario en cuanto a técnicas de investigación policial en el siglo XIX, y uno de los primeros detectives privados. Recomiendo echenle un ojo a su biografía, ciertamente novelesca, antes de hincarle el diente al film que nos ocupa. La pelicula arranca con la última etapa de su biografía, con Vidocq intentando capturar a un enmascarado asesino llamado el Alquimista que tiene bien poco de normal, y hasta aquí puedo leer, porque a diferéncia de otras películas aqui comentadas, me niego a hacer un solo spoiler de la trama porque sería desgraciar un viaje tan lisergico como recomendable. ¡Que me gusta mucho, leñe, y eso que no es corriente general que digamos!
¿Como no me va a gustar una película que mezcla la Francia de principios de siglo XX, magia y fantasía, serial killers, intriga amena, inteligente y que no toma por imbécil al espectador, y que encima sale Gerard Depardieu luchando a lo Jackie Chan?
Pero hay puntos negros, por supuesto, pero que para mi no dejan de ser virtudes: Primerisisimos planos al más puro estilo Jeunet, en el el que puedes llegar a contar todos los poros de las jetas de los protagonistas, que son tios feos, pero feos; Ambientes atmosféricos entre lo hiperrealista en lo formal, pero filmado con una fotografía y unos planos que rayan el expresionismo en algunos momentos y el barroco más extremo en otros, y todo aderezado con un montaje sonoro altamente lisérgico en las ocasiones que la fantasía invade la realidad del relato.
Imaginense un primer plano de este señor de manera que se le puedan contar los pelos del bigote, y tendrán un plano estandar de los bellezones masculinos que corren por este film. ¡Excelsior!
Un relato en el que cabe de todo: relato dentro de relato, fantasía contra realidad, lógica contra lo que quizá sea la mágia agonizando en un mundo en el que la ciencia y la razón están a punto de destruir los miedos medievales, o quizá no....
Vean Vidocq, compañeros. Quizá se caguen en mi alma, quizá se alegren al descubrir una película diferente de un autor que despues de esta pelicula se suicidó comercialmente rodando ese engendro autodestructivo que fue su "Catwoman" (2004) y que después solo ha encontrado acomodo en películas para televisión por cable desprovistas de cualquier tipo de originalidad o riesgo.
Pero siempre nos quedará el que para mi fue su canto de cisne artístico y visual, un shock para los sentidos y una más que respetable película de misterio.
Y eso no es poco, precisamente.
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