miércoles, 26 de febrero de 2014

La saga Crepusculo III (I Parte): 30 dias de Oscuridad (30 days of night, David Slade, 2007)....Y no, no nos hemos fumado nada.


 
Kinu se ha afeitado para perplejearse...

Como Kinu, entiendo que alguno de los escasos lectores de este bloj se sienta algo confusos, es decir...¿qué para-lelismos puede haber entre este sujeto:

Al calvo de la ONCE se le han inflado las gonadas.

Y este otro:

Osea, soy un vampiro. ¡Te lo juro por Snoopy!

Pues tiene que ver muchisisimo. Allá por el 2007 se estrenó esta versión de un comic de culto que se basa en una idea tan simple como efectiva: un pueblo cercano al círculo polar ártico justo antes de la larga noche antártica es el blanco del ataque de una banda de vampiros. Atrapados durante 30 dias, con las comunicaciones con el exterior cortadas, los supervivientes se esconden como pueden de una horda de bebedores de sangre con una higiene personal más que dudosa y unos modales muy, muy desagradables.

La película tiene agujeros de guión de aquí a Lima (qué tendrá la capital de Perú para salir siempre en este tipo de ejemplos, por cierto?), pero cuenta con interpretaciones apañaditas, una fotografía excelente, y un par de imágenes poderosas de las que se te marcan en la retina al buen aficionado del fantástico.

30daysofnight-ship
 El barco rompehielos, primo hermano por parte de cuñado del Demeter.

Después de perpetrar esa joya llamada Hard Candy (2005), el director David Slade había puesto el listón muy alto. Y francamente, a algunos los decepcionó. Yo podría contarme entre ellos, pero creo que el material original no daba para mucho más que no fuese una entretenida película de survival horror, y esto es lo que honestamente ofrece este producto. La ambientación es excelente, del Carpenter del bueno, y el gore llega a extremos de grand ginyol o como leches se escriba (al contrario que mi mujer, mi francés no es excelente.), lo que siempre es de agradecer.

Pero vayamos a los protagonistas de la función, y a lo que hermana alegremente esta odisea gore con los tupes y la purpurina: los vampiros.

30 Days of Night

Tus ojos son dos luceros...
Los no muertos en esta cinta son, como en el cómic mismo, monstruos que no confundirías con un ser humano si te los encontrases de frente: expresión facial desencajada, frentes anormalmente grandes, ojos no alineados, bocas desencajadas por el tamaño brutal de los dientes...Son monstruos crueles, con querencia en producir miedo y dolor a gran escala por el simple placer de hacerlo. Son el hombre del saco, la cosa que se esconde debajo de la cama, y más que beber sangre se entroncan con los mitos que hermanan los origenes del mito de los zombies con el de los primeros vyrkolakos europeos (joder que bien hablo hoy.) y les pierde la carne humana en grandes y humeantes bocados. Impagable en ese sentido Danny Huston encarnando al lider de la manada de monstuos, una criatura que ya no es ni remotamente humana y que se le nota a cada segundo.

Ñam.

Y llegados a este punto...¿qué pueden que ver estas encantadoras criaturas con los bichos prepusculares? Pues esencialmente, que son las mismas. 
Sí, sí, como lo oyen.
Les explico: Uno de los grandes aciertos de 30 dias de Oscuridad es que el director se tomó la molestia de cuidar al detalle el lenguaje no verbal de los monstruos para que no pareciesen humanos, y a fe que lo consiguió. Ver el making off del asunto es una autentica delicia: como los actores aprenden a caminar como animales al acecho, sus tics propios, su idioma propio,etc.
Incluso se molestaron en crear un estilo de lucha propio, basado en el combate con garras, colmillos, y aprovechar al máximo la agilidad y fuerza inhumana de los  no muertos. Un autentico ejercicio creativo que dio lugar a que estos vampiros tuvieran una identidad filmica propia bien reconocible. Servidor pocas veces ha disfrutado tanto viendo el making off de una pelicula como en este caso, se los aseguro.
Pues el hecho es que el señor Slade debio encontrar poca lógica en desaprovechar todo el trabajo hecho, y ya puestos, ¿no iba a rodar una pelicula de vampiros en su próximo proyecto al fin y al cabo?

Y ahí empezaron las curvas, encarnadas en la señora Stephanie Meyer, pero esa es otra historia que contaremos en el siguiente capitulo de esta apustuflante saga...




martes, 18 de febrero de 2014

Sketches vergonzantes, Toma I: Muerte por Almaciga (the satanic rites of Dracula, 1973)

En estas que va Dracula, alla por los gloriosos 70, escapando por quincuagésima vez con la capa entre piernas del descendiente de Van Helsing de turno. Protagonistas, obviamente el grande, grandisimo (mide como dos metros el tio) Christopher Lee en su papel más repetido y colmilludo, y el no menos grande Peter Cushing oficiando por vigesimoctava vez y pico del vetusto cazador de vampiros.

No voy a desglosar la película en cuestión, más un explotaiton de la original "Horror of Dracula" (1958) que un flim con identidad propia, sino que me limitaré a reseñar la muerte más vergonzante que el ilustre noble transilvano ha sufrido en toda su historia.

En estas que va Van Helsing, persiguiendo a su nemesis por el típico prado urbano Londinense, cuando de repente el señor de los vampiros ve la faz de su enemigo más allá de unos matorrales espinosos, que presumo yo que son rosales (los entendido en la materia del chupasanguismo pre-crepusculero sabrán que dicha plantita hace mucha pupa a los no muertos picarones.)

Lleno de rabia, nuestro transilvano conde evalua rápidamente sus opciones:

a) Si Van Helsing ha llegado hasta ahí, fijo que hay un camino para rodear el matojo dañino, caer sobre el abuelete y morderle homoeróticamente.

o...

b) Atravesar la barrera de espinas a las bravas, con el consiguiente riesgo de engancharme la capa de terciopelo, pincharme por todos lados, y hacerme mucha pupita.

Tras mucho pensar (0.20 segundos), el señor del Mal toma la decisión de lanzarse sobre el matorral, con el resultado de....bueno, juzguen ustedes.



Pupita one....
Y es que el matojo en cuestión tiene muy mala hostia: le desgarra la ropa, le deja la cara hecha un cristo, le atraviesa la mano y encima, en una acción altamente villanesca, muerde (¿?) el tobillo de Dracula, dejandolo como tortuga panza arriba a merced de Van Helsing, que de repente ve la solución a sus problemas: 

Una almaciga.

Sí, creyentes! El uso de esta pieza ornamental de jardín como icono cinematográfico no empezó en los tiempos de "Los Caballeros de la Mesa Cuadrada y sus Locos Seguidores" (Monty Python and the Holy Grail, 1974), sino que tuvo su origen aquí. Con Dracula derribado, sangrando, y con una mano semidevorada ¿? por el cachondo vegetal, el cual sigue aferrado cual pitbull al tobillo del aristócrata, la imagen que da el vampiro provoca la risa floja.
Y la cosa va a mas cuando ves al doctor clavandole la terrible almaciga en mitad de la zona genita. No me extraña que el vampiro ponga cara de dolor oiga, pero más cara de dolor pone uno cuando ve como se cargan todo el erotismo de la penetración de la estaca en el cuerpo del vampiro y se convierte en un festival gerontofílico-almacigo-festivo de primer orden. Y obviamente, nos congratulamos por ello.

De muestra un youtube. El sketche vergonzante empieza a la hora y 23 minutos con 13 segundos. Excelsior!